Se llama Etel Adnan y es una pintora que expone a los casi 100 años. Ahí es nada. Y no lo hace en cualquier museo, sino en el Guggenheim de Nueva York. Una mujer nacida en 1925 que se ha convertido en la fuente de inspiración de los jóvenes pintores de vanguardia. Tiene un estilo muy sencillo y colorista que llama la atención, si bien su faceta de pintora no se descubrió hasta los 87 años. Desde entonces, los mejores museos del mundo le abren sus puertas. Pero ella critica lo que llama la hipocresía del mundo del arte. Sus cuadros colgaban de las paredes de su casa y nadie les prestaba atención. Y, de la noche a la mañana, todos se los reclaman. No obstante, asegura que se alegra de que no fuera antes, porque no para de trabajar.
La escritura de una pintora que expone a los casi 100 años
Adnan no solo pinta, también escribe. Son actividades casi antagónicas, señala. «La pintura es un deporte, mientras que la escritura es casi una cárcel. La primera me relaja, mientras que la segunda me agota». Nació en Beirut. La madre, cristiana, era de Esmirna; el padre, musulmán, había nacido en Damasco. De niña asistió a escuelas francesa; estudió filosofía en París, en la Sorbona; completó su formación en las universidades de Berkeley y Harvard, en los Estados Unidos. Su vida ha transcurrido entre Beirut, París y California. Es decir, que su biografía es un conjunto de influencias de todo tipo.
Uno de sus poemas refleja el horror de la guerra del Líbano. «Este asunto inconcluso de mi / infancia / este lago esmeralda / del otro / lado de mi viaje / acecha a las jerarquías de los cielos / Bajo una combinación de dolor / y fuego de ametralladora / las flores desaparecieron«. En el enlace se puede ver la crónica sobre la exposición.
P.D. El 15 de noviembre se publicó la noticia de la muerte de Etel Adnan. Descanse en paz.