Actualidad sobre personas mayores

La homosexualidad en España antes de 1978

La homosexualidad en España

La homosexualidad en España dejó de ser delito en 1978; ayer, 26 de diciembre, se cumplieron 40 años de su despenalización. La entonces vigente ley de peligrosidad social prohibía los «actos de homosexualidad». A quienes la infringían se les consideraba delincuentes y se les castigaba con duras medidas de rehabilitación social. La acusación de escándalo público recaía sobre ellos, aunque el «delito» tuviera lugar en el propio domicilio. Las penas de prisión impuestas iban desde los tres meses hasta los cuatro años. Esta noticia rememora la modificación de una ley que, sin embargo, no se derogó por completo hasta 1995.

Aquellas personas ya no son marginados sociales y hoy se reúnen bajo las siglas LGTBI. Pero el pleno reconocimiento de sus derechos se retrasó hasta años después. El matrimonio igualitario es legal desde 2005 y la ley de identidad de género se aprobó en 2007. Lamentablemente, las agresiones homófobas continúan produciéndose. Sectores intolerantes rechazan la aplicación de estos derechos sociales; no obstante, la homosexualidad en España está protegida por ley. Por el contrario, en numerosos países, es una condición que sigue entrañando graves riesgos para la seguridad personal.

Las personas mayores y la homosexualidad en España

 

Los modelos sexuales no se imponen a la fuerza. Una inmensa mayoría social admite hoy su libre expresión. Pero no siempre fue así. En un tiempo, aún cercano, predominaron la intolerancia y la represión. Y las inclinaciones naturales de un sector de población se censuraban y prohibían. Como resultado, la vida de muchas personas quedó marcada. Nunca se atrevieron a mostrar públicamente su condición sexual. Por fortuna, el actual contexto político es muy diferente; en el presente, cuentan con el apoyo de esta activa asociación. Una buena noticia en este sentido es que la celebración del orgullo en 2019 tendrá como protagonistas a las personas mayores. Nos congratulamos por ello. Defendemos que no hay edad para los afectos. Y la prensa ratifica esta idea publicando admirables reportajes sobre la sexualidad después de los 80.