Actualidad sobre personas mayores

Esperando un regalo de los Reyes Magos

Esperando un regalo de los Reyes Magos

Ana Nieto ha estado esperando un regalo de los Reyes Magos durante toda su vida. Por fortuna, este año, lo ha recibido. Al fin su sueño se ha cumplido. Los reyes le han traído una Mariquita Pérez; una muñeca con la que todas las niñas de posguerra soñaron alguna vez. Se la ha regalado su nieto. Esta abuela sí que pudo obsequiarle con juguetes en su infancia. Y él, ahora, le ha devuelto el amor que ella le mostró de niño.

El nieto se conmovió con la alegría de su abuela. Y compartió la experiencia en las redes sociales. La noticia se extendió con rapidez. «El sueño de mi abuela era tener una Mariquita Pérez, que es una muñeca que cuando ella era pequeña sólo podían permitírsela las niñas ricas y ella se moría de envidia. 71 años después he podido hacer realidad ese sueño y esta ha sido su reacción, no sabéis lo feliz que me hace«. pic.twitter.com/OpNLg8x8jJ

Entre abuelas y nietos se crean lazos afectivos muy profundos. Los antropólogos sostienen que esa unión hunde sus raíces en el desarrollo evolutivo de nuestra especie. Es decir, se trata de un tipo de apego que tiene un largo recorrido; probablemente, de cientos de miles de años. Sin embargo, no aflora de forma natural a través de los genes. El vínculo se origina mediante una relación estrecha y continuada. En consecuencia, solo un contacto mantenido en el tiempo es capaz de hacer brotar un cariño mutuo inquebrantable.

Muchos niños y niñas esperando a los Reyes Magos

 

La infancia de gran parte de los mayores actuales está marcada, al igual que la de Ana, por unas adversas condiciones históricas. Por unas u otras razones, la entrada en la etapa adulta se producía en ese tiempo a una edad temprana. Casi no existía la niñez. Además, la escasez de recursos era una circunstancia muy habitual. Y fueron muchos los niños y niñas que se quedaron esperando un regalo de los Reyes Magos. Hoy, pasados los años, los vemos disfrutar al recibir los obsequios que no tuvieron en su día. Nos alegramos por ello. Deseamos que celebren como niños el 6 de enero durante muchos años. Y, sobre todo, que lo celebren asimismo quienes, sin ser abuelos, tienen alguien que se ocupa de que ese día no les falte un presente.