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El veloz paso del tiempo detenido en una carta

El veloz paso del tiempo

¿Quién no ha hecho alusión alguna vez al veloz paso del tiempo? La entrada de hoy ilustra lo efímero de nuestro calendario vital. Una noticia reciente refiere la historia de una carta entregada con un extraordinario retraso. La destinataria se llama Phyllis Ponting y tiene 99 años. Ha estado casada dos veces y es bisabuela. Es casi imposible que aún esperara recibirla. Lo cierto es que, finalmente, la carta ha llegado a su destino. La escribió su novio, un soldado británico que combatió en la Segunda Guerra Mundial. Se llamaba Bill Walker. El mercante en el que navegaba fue hundido por un torpedo alemán en 1941.

Casi 80 años después, una expedición organizó el rescate de aquel buque; contenía una carga de plata valorada en unos 25 millones de euros. Y lograron su recuperación. La carta de Bill fue encontrada en la bodega del barco, junto a muchas otras más. Estaba escrita a mano y confirmaba a Phyllis que se casarían a su regreso a Inglaterra. Ella se lo había propuesto en una carta anterior. Y él contestaba feliz. Pero el proyecto no llegó a cristalizarse. Lo impidió aquella cruel guerra.

No es posible detener el veloz paso del tiempo

 

Una copia de la carta fue entregada a Phyllis en su domicilio. Reconoció la letra de su novio y lloró emocionada cuando la leyó. No podía creer que estuviera en sus manos después de tantos años. Siempre dio por segura la muerte de Bill; en caso contrario, no dudaba de que hubiera regresado con ella. Ahora, volvía a su memoria aquel recuerdo. A pesar de todo, nunca es tarde para recibir una carta de amor.

Esta crónica de la escritora Rosa Montero trata sobre el veloz paso del tiempo; ese huracán que nos arrastra. Hay quien intenta frenarlo a toda costa; incluso, cambiar la fecha de nacimiento en su documento de identidad. Pero es inútil. Lo único razonable que se puede hacer es aprovecharlo al máximo. Ya lo dice una sentencia atribuida a Benjamin Franklin: «No malgastes el tiempo, pues de esta materia está formada la vida».