Actualidad sobre personas mayores

Cambiar la fecha de nacimiento para ser más joven

Cambiar la fecha de nacimiento

Un ciudadano holandés quiere cambiar la fecha de nacimiento de su tarjeta de identidad para ser más joven. Se llama Emile Ratelband y así lo ha solicitado a la justicia de su país. La noticia saltaba recientemente a los medios de comunicación. Cuando se presentó en él juzgado, le recibieron con risas; sin embargo, asegura, los jueces modificaron su actitud tras escuchar los argumentos en que basaba la petición. Dice que el mundo ha cambiado y no es igual al de nuestros padres. Hoy una persona puede cambiar de sexo si no se encuentra cómoda con su cuerpo; o de nombre, si rechaza el que tiene, afirma convencido. Del mismo modo, él reclama el derecho a modificar su edad, ya que se siente emocionalmente más joven.

Ratelband tiene 69 años y es pensionista en el sistema de jubilación holandés. Pero siente que la edad le discrimina, ya que se encuentra en plena forma. No obstante, los años le impiden conocer mujeres más jóvenes, encontrar trabajo u obtener una hipoteca a treinta años vista. Nació el 11 de marzo de 1949 y aspira a sustituir esa fecha por otra posterior. Pretende que en su documento de filiación figure el año 1969, veinte años menos, aunque preferiría rebajar aún más la fecha. Desea crearse una nueva identidad y un estilo de vida diferente; es decir, vivir una vida sin barreras por razones de edad.

Cambiar la fecha de nacimiento: ¿lograr lo imposible?

 

El filósofo Fernando Sabater comenta el caso de Ratelband en su columna periodística semanal. Y la titula «Lo imposible». Formula algunas preguntas en torno a este asunto y deja la contestación abierta al lector. Con aguada ironía, el pensador cuestiona la imperiosa obligación de obedecer al calendario. La tiranía del tiempo no tiene por qué marcar nuestro devenir vital. Cabe la posibilidad, incluso, de reclamar ese derecho en sentido opuesto. Una persona de 30 años podría sentirse octogenaria y exigir los beneficios que otorga la edad avanzada. En cualquier caso, por el momento, no parece fácil contradecir hasta tal punto el reloj cronológico que gobierna nuestras vidas.

P.D. La justicia holandesa ha resuelto no atender la petición de Ratelband. Este enlace da cuenta de la noticia.