Actualidad sobre personas mayores

Una noticia asombrosa: los robos de una anciana

Una noticia asombrosa

Es una noticia asombrosa; se publicó ayer en la prensa. El titular no puede ser más rotundo. «Abuela ladrona: 76 años, 40 arrestos y 8 nombres falsos«. Es un hecho relevante no por ejemplar, sino por insólito. Ocurrió en Málaga, en un edificio de lujo en el centro de la ciudad. Son apartamentos de alquiler para turistas y unos ciudadanos británicos se alojaban allí. Desde la terraza, observaron que la anciana abrió la puerta con sus propias llaves y no dudaron de que intentaba robar. Uno de los ocupantes gritó. Ella huyó veloz a la calle y corrieron en su busca. No fue fácil; sin embargo, lograron retenerla hasta que llegó la policía.

En la comisaría estuvo a punto de engañar a los agentes. Solo veían a una anciana desvalida y desorientada. Dio un nombre falso; aunque las huellas dactilares no mintieron. El historial de robos es amplio. Es una experta en engaños; autora de robos por descuido y hasta con fuerza. Y ha entrado y salido de la cárcel en multitud de ocasiones.

Siempre actúa igual. Entra en un apartamento y sustrae lo que encuentra más a mano. Ordenadores, bolsos, teléfonos o dinero: le da lo mismo. Es un método eficaz; no todos los turistas denuncian. Si lo hacen, cuando se celebra el juicio ya han vuelto a su país. Y si no hay acusación, no hay castigo. Ahora, la policía investiga el modo en que la anciana se hizo con las copias de las llaves. El periódico El País lo cuenta aquí.

Otra noticia asombrosa, pero más amable

 

Pero hay otra noticia reciente que sorprende tanto como la anterior; aunque es más bella. Es de una pareja de EE.UU. que fueron novios en los años 50. Se conocieron en el instituto, pero luego sus vidas se separaron. 63 años después se han reencontrado. Están enamorados de nuevo y han decido casarse. Tienen 80 años. ¿No es increíble? La vejez ya no es lo que fue en el pasado, una etapa asociada solo con la pasividad y la dependencia. Y eso no hay duda de que es digno de celebrar. Para los afectos no hay edad