No es fácil ser joven a los 100 años, pero, al parecer, un libro nos lo ofrece. Vivir más es posible; sin embargo, según el autor, el hecho de vivir mejor está en nuestras manos. No hay duda de que la esperanza de vida es hoy casi el doble que hace poco más de un siglo. Y es que el final del siglo XVIII trajo consigo mejoras que transformaron las condiciones de vida de la población de un modo gradual.
Como resultado, la esperanza de vida no deja de crecer. Vivir 100 años o más ya no es infrecuente. Pero lo importante es el estado en que se viven. De ahí el lema «Añadir vida a los años» con el que, en el ya lejano 1982, la OMS celebró el 7 de abril, Día Mundial de la Salud.
La promesa de ser joven a los 100 años
El autor del libro no es un mago de feria, sino un doctor volcado en la Age Management Medicine; es decir, en el Envejecimiento Saludable. En la introducción, relata que en su inicio profesional se dedicó a la ciencia del deporte. Hasta que la evolución de esta práctica hizo ver que el ejercicio es medicina. Hoy no se discute el papel que desempeña el ejercicio físico en la vejez. Está claro que la salud y el ejercicio van de la mano; es decir, que los estilos de vida pesan más que la genética.
La lectura del libro es muy deseable. Aporta enseñanzas que conviene conocer. No obstante, es bueno recordar que con respecto a la salud no solo cuenta lo físico. La presencia tanto del factor psicológico como el social son determinantes. La salud no se ha de ver como un objetivo en sí misma, sino como un recurso para la vida. Una vida cuyo plan no sea solo el de cumplir más y más años, sino el de disfrutar con los demás. Y eso no lo da tan solo un frasco de píldoras.