Los modelos de vida en la vejez se transforman. Y se alejan bastante de lo que fue usual en el pasado. Hace casi 60 años que Bob Dylan advertía al mundo de que «los tiempos están cambiando«. La canción se convirtió en todo un himno. En 2016, Dylan fue premio Nobel de Literatura. Hoy, a los 77 años, aún sigue activo en los escenarios.
Los mayores de hoy valoran en alto grado su independencia; en consecuencia, aspiran a mantener su autonomía. Pero, como seres sociales, necesitamos a los demás a lo largo de la vida. Y mucho más aún en su inicio y su final. El cuidado de los padres en la vejez recayó siempre sobre los hijos. Aunque ya no es así. Por una parte, las condiciones de vida de nuestro tiempo lo dificultan en gran medida; por otra, cada vez más mayores lo rechazan. Sin embargo, seguir en el propio hogar no siempre es posible; la soledad es un riesgo demasiado grande. Y no todos aceptan de buen grado vivir en una residencia. Por tanto, hay que buscar alternativas.
El cohousing perfila los modelos de vida en la vejez
Las viviendas en grupo se extienden en nuestro país. En Europa se conocen con el nombre de cohousing. En el siglo XXI se impone envejecer en compañía de otros. Pueden ser amigos, conocidos o solo personas con quienes se tiene en común algo más que la edad. Desarrollar un proyecto que mejora la calidad de vida en la vejez crea lazos muy intensos. Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro; un modelo solidario, sostenible, y democrático. Los mayores no son propietarios de las viviendas que utilizan; son los usuarios de un plan hecho a la medida de sus necesidades. El que vemos aquí es tan solo un ejemplo entre otros. Los jóvenes que cantaron con Dylan hoy demandan los modelos de vida en la vejez que más les satisfacen. Sin duda, los tiempos no han dejado de cambiar.
