También hay mayores que ganan la partida; el coronavirus no les puede a todos. La COVID-19 se ceba con las personas más débiles. Y no es fácil superar el ataque. Los mayores son el grupo de edad que se lleva la peor parte. La mala salud de muchos de ellos les condena. Y se suceden las crónicas que muestran más y más casos. Las imágenes se contemplan con dolor. Y la impotencia las hace más crueles. El modelo de cuidados que se ofrece se ha puesto en cuestión. Tiempo habrá de pedir responsabilidades, tras atender a lo que hoy es urgente. Aunque no se puede negar que se necesitan cambios en profundidad. Para quienes requieren cuidados que no pueden recibir en su hogar no sirven solo la seguridad y la atención.
La lucha de los mayores que ganan la partida
Pero no todo son malas noticias. Por fortuna, en medio de la conmoción que producen las cifras, hay sitio para la esperanza. Y no faltan los ejemplos que lo señalan. El primero sale a la luz en el epicentro del contagio, en China, si bien hubo más tras él. Fue el 8 de febrero, en Yichuang, el protagonista es un anciano de 91 años. Unos días más tarde, le sigue un compatriota de 100 años, en Wuhan. La lista se amplía en Italia, el 23 de marzo, día en que Alma, de 95 años puede volver a su casa. Pero la lista de los mayores que ganan la partida sigue su curso en España.
María Antonia, de 79 años, imita a los anteriores un día más tarde, el 24 de marzo, en Madrid. En la misma ciudad, un anciano de 86 años, del cual no consta el nombre, recibe el alta en el hospital La Paz el 27 de marzo. Vemos que también han ganado al virus Antonio, de 98 años, en Sevilla, y Pepita, de 95, en Madrid, el 31 de marzo. Y en fecha más reciente, el 6 de abril, el matrimonio formado por Guadalupe y José, de 88 años ambos, se fotografía en la ventana de su casa. Son un puñado de mayores cuyas historias han trascendido a la prensa. Sin embargo, no hay duda de que son muchos más los que han vencido a la enfermedad. Y nos alegra que sea así. Suerte a todos.