La mujer más longeva del mundo cumplió 117 años el 4 de marzo. Nació en 1907 en San Francisco, aunque es de ascendencia catalana. Regresó a España de niña y reside en Olot, un municipio de Girona. Vive en una residencia y no atiende a los medios; no obstante, la familia mantiene su perfil en X. Y allí recibió un sin fin de felicitaciones. No ignora que es la persona con más edad del planeta y le resta importancia, pues dice que no es un mérito suyo.
Ya no camina sola y se desplaza en silla de ruedas. Según la familia, ha sufrido un bajón desde el verano y ha perdido vista, oído y algo de memoria. Pero no padece enfermedad alguna y no le duele nada. Eso sí, necesita tranquilidad, pues las visitas le inquietan. Por eso, solo van a verla sus dos hijas, Rosa y María Teresa, que se turnan en la tarea.
La ciencia se interesa por la mujer más longeva del mundo
No es la primera vez que hablamos del interés de la ciencia por las personas de 90, 100 o más años. Así que aún más por María. Y es que tienen la clave de un envejecimiento activo y saludable. De nuestra protagonista, es de destacar que no ha tenido dolencias graves. No le ha afectado el cáncer, una de las patologías asociadas a la vejez, ni las enfermedades cardiovasculares, otro de los males de nuestro tiempo.
El hecho de no haber fumado inclina la balanza a su favor. Por otra parte, es de destacar que la edad de sus genes es inferior a la que indica su fecha de nacimiento. Se trata de una excepción a la norma que amplía el valor de su estudio. En sus cromosomas hay mutaciones; es decir, se puede vivir con ellas sin enfermar. ¿Se encierra ahí el secreto de la inmortalidad? Quién sabe. En cualquier caso, felicitamos a María y le deseamos que, junto al amor de sus hijas, goce de la tranquilidad que su bienestar precisa.
