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Salir del armario en la vejez: una liberación

Salir del armario

La intención de Kallermann era salir del armario en la vejez. Quería ser una mujer y no un hombre. En cierto modo, el fin de la actividad laboral marca la entrada social en esa etapa. Y esperaba a dejar el trabajo para dar el paso. Mientras tanto, ocultaba a todos su identidad sexual. Temía que le rechazaran si descubrían su secreto y que su trabajo se pusiera en entredicho. Es periodista y vive en Alemania y goza de un gran prestigio en el mundo de la información.

Pero, en contra de su voluntad, el plan se adelantó un poco. A los 61 años, ya no es George, sino Georgine. Y transformado en mujer, cuenta cómo ha vivido el cambio. Se muestra feliz; liberado, tras dejar atrás una imagen ajena a su sentir. Afirma que ha sido más fácil de lo que él creía; que encontró comprensión y afecto, porque la sociedad en realidad es muy tolerante. Y que hasta gente que no conoce le transmite su apoyo por mail. En el blog de Euforia se ve la noticia.

Salir del armario en la vejez es posible

 

El de Kallermann no es una excepción; los casos que ven la luz se repiten. Por ejemplo, Joe Biden levanta la prohibición de Trump a los transgénero en el ejército. No solo eso, sino que uno de sus ministros es transexual. La sociedad no censura la diversidad. El cambio social ha sido intenso. Y más aún en lo que se refiere a la sexualidad. Comportamientos que se tacharon de deshonestos, hoy no se ven bajo la lupa de la moral. Se consideran propios de la esfera privada y, como tal, de la intimidad de la persona. Lo que permanecía oculto bajo la marca de la vergüenza ya no lo está. No todos lo admiten de buen grado, pero la mayoría lo acepta sin más. Así que celebremos un mundo más tolerante y respetuoso. También con las personas que creen que nunca es tarde para salir del armario.