El maltrato en la vejez es un grave problema que se ha puesto de manifiesto en una noticia reciente. La prensa, la radio, la televisión y, por supuesto, las redes sociales han mostrado un testimonio atroz. Las imágenes sobrecogen. Trabajadoras de un geriátrico maltratan sin piedad, de palabra y de obra, a dos ancianas. El caso impresiona por su crueldad. En repetidas ocasiones, el hijo de una de ellas había notificado su extrañeza al encontrarle lesiones sin explicación. Pero la dirección de la residencia ignoró sus quejas, inventando excusas. El demandante no se dio por satisfecho y siguió indagando. La grabación de los hechos le ha dado la razón con creces.
La indignación se ha extendido por todas partes. Y es celebrar que sea así. El suceso ha sacado a la luz una situación tan frecuente como ignorada. La OMS advierte sobre ello desde hace ya tiempo. El maltrato en la vejez existe y es de temer que se incremente a medida que el número de personas de edad avanzada aumente. No se trata de hechos aislados, sino de un grave problema del que se ignora su magnitud real. Según los expertos, la prevalencia de los malos tratos a ancianos está subestimada. Los datos son imprecisos y no existe consenso sobre su definición.
Día Mundial contra el Maltrato en la Vejez: 15 de junio
El maltrato adopta formas muy variadas. Puede ser físico, aunque también psicológico, económico, sexual o por falta de cuidados; en cualquier caso, es innegable su importancia moral, social y jurídica. El maltrato afecta a la salud y los derechos humanos de los mayores que lo sufren. Por ello, la ONU instituyó en el año 2011 el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Se conmemora cada 15 de junio. La medida es indispensable para atajar esta lacra. La dependencia y la indefensión precisan protección. Y las instituciones y la sociedad han de ser capaces de procurársela. En aras a lograrlo, la respuesta de los responsables de los hechos es, sin duda, la peor que se puede dar.
