Dominga habla sola es un libro sobre la soledad de los mayores. La autora es Elisabeth Justicia, que es ilustradora. El origen de la obra está en una cuenta de Instagram que se hizo viral. Y de allí saltó al papel. La protagonista es una anciana que vive en soledad y muestra su día a día con un gran sentido del humor. Los dibujos que contiene ponen de relieve una realidad que no es menos dura por ser tratada con gracia. Sin embargo, el ingenio transforma en sonrisa la tristeza que el hecho encierra. Porque la ternura y la ironía de la autora son armas muy potentes, que ponen de relieve la vulnerabilidad de los mayores y, al tiempo, los hace ver muy cercanos.
Las reflexiones de Dominga encierran toda una filosofía de vida. Hablan de la soledad, tanto de la elegida como de la obligada; del paso de los años y del miedo, que a veces es un freno y siempre un reto. Pero la lista es más larga. No falta el trato de las emociones, la salud de la mente y, por supuesto, del edadismo. Y es que una de las ventajas de la edad avanzada es la de no poner coto a lo que se siente y, sin ofender, decir lo que se piensa. En resumen, un retrato de la vejez que no es sino el reflejo de la sociedad de hoy.
Por qué Dominga habla sola
La soledad en la vejez es un hecho cada vez más frecuente. Y, aunque les afecta en mayor medida, los mayores no son los únicos que la sufren. De ahí que la soledad sea objeto de gran interés en el ámbito de la salud pública. Sin ir más lejos, el Reino Unido cuenta con un Ministerio de la Soledad desde el año 2018. Y no son pocos los países de Europa que contemplan muy de cerca el problema. El INE estima que casi un tercio de los hogares españoles serán unipersonales en 2037. Es de esperar la adopción de medidas que permitan paliar los riesgos que se derivan de ello.