Los divorcios de mayores van en aumento. Así lo indican los datos del INE. En 2020, dejaron de vivir juntas 4367 parejas de 60 y más años; al año siguiente lo hicieron 4980; en 2022, última fecha disponible, la cifra ascendió a 5053. Se casaron muy jóvenes; en una época en la que era una unión para toda la vida. Pero, desde 1981, en España se modificó por ley la regulación del matrimonio en el Código Civil .
No son pocos los mayores que en su día lo consideraron un estigma. Pero su visión ha cambiado de arriba abajo. En realidad, las cifras vistas no son sino una muestra más de lo mucho que ha cambiado el perfil de los mayores de hoy. Y es que, pese a que no a todos agrada, el cambio social no se detiene.
Qué hay detrás de los divorcios de mayores
Las razones para separarse en la vejez son muy diversas. Una de ellas, y de no poco peso, es que la esperanza de vida es mayor que nunca. Y esa ampliación de los años inclina a la toma de decisiones no frecuentes en el pasado. Por otra parte, la convivencia de la pareja a veces se deteriora tras la jubilación. El tiempo en común se incrementa; sin embargo, no es fácil adaptar el reloj vital de ambos a un mismo horario. Otra fuente de divergencias puede ser un cambio de los valores de uno u otro miembro.
La influencia del género también cuenta, ya que hombres y mujeres no tienen por qué coincidir a la hora de hacer planes de futuro. Para algunas mujeres se impone dejar atrás la carga del cuidado familiar que aceptaron a lo largo de los años. Y algunos hombres buscan fuera de casa un sexo que no encuentran dentro. Y, por supuesto, puede ser al revés. De cualquier modo, no cabe aplicar un patrón homogéneo en todos los casos.