Los centenarios van al quirófano con más frecuencia que antes. Y eso es una noticia que merece un espacio en esta web. La evolución demográfica es una realidad que no se puede negar. Se ha incrementado la edad y el número de los mayores, pero también ha cambiado su perfil. El estado de salud es hoy mejor; el nivel sociocultural y económico, más alto; y la calidad de vida muy superior a la de quienes les han precedido.
La cuestión es que el giro ha llegado al quirófano. Y los hospitales se adaptan al nuevo perfil. Hasta no hace mucho, la edad avanzada era casi un freno para pasar por una cirugía. Ya no es así. La edad media de las personas en las salas de operaciones ha aumentado. Y no es que este tipo de intervenciones sean las más frecuentes, aunque tampoco son una excepción. La mayoría de los casos son fracturas, bien de cadera o de fémur, en los que la traumatología hace su buen trabajo. Sin embargo, no solo es esta la especialidad que atiende en los quirófanos a los más mayores.
Si mejora su calidad de vida,
los centenarios van al quirófano
El número de años no es lo primero; cuenta más el estado del paciente. Se operan cataratas, se reparan marcapasos; lo que haga falta, en fin, si es para lograr un mejor nivel de salud. Y con ello elevar la calidad de vida de la persona. No obstante, se evita caer en el extremo opuesto. No hay que incurrir en el encarnizamiento terapéutico, que es algo tan dañino como el edadismo. La pauta para decidir no es otra que el criterio clínico. Si se soporta el estrés que supone la cirugía y la intervención es una mejora, no hay duda. En cualquier caso, lo que lleva al experto a tomar la decisión es la situación del individuo. Una valoración integral, siempre en pro del beneficio del paciente. Y con la edad en un segundo plano. En este enlace se puede ver el artículo al completo.